Elizabeth Warren dice adiós a las primarias y concentra a la izquierda alrededor de Sanders
La senadora por Massachusetts tira la toalla tras sus malos resultados en el Supermartes.
Elizabeth Warren es la nueva víctima del Supermartes. La candidata progresista no fue capaz de levantar su campaña en la fecha más determinante de las primarias demócratas y este jueves su campaña ha reconocido que tira la toalla.
Era una muerte anunciada después de que apostara buena parte de sus esfuerzos en los cuatro primeros estados que iban a las urnas -Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur- y solo consiguiera un tercer puesto como mejor resultado.
El Supermartes dio la puntilla a sus opciones, en una jornada desastrosa en la que ni siquiera consiguió ganar en Massachusetts, el estado al que representa como senadora, y donde quedó tercera, por detrás de Joe Biden y Bernie Sanders.
Es una salida rápida para una candidata que llegó a ser líder en las encuestas en octubre, con una campaña eficiente, una obsesión por presentar propuestas programáticas detalladas, mucha atención a los cambalaches entre las elites políticas y financieras y un gran desempeño en los debates. Pero la condición de favorita le acarreó ataques de todos sus rivales, que le acusaron de perseguir programas sociales de ambición excesiva -sanidad pública universal, cancelación de deuda universitaria- y una sobreexposición en los medios que acabó pagando.
Su desplome
En el debate de noviembre, todos fueron a por ella y, de forma consistente, se desplomó en los sondeos. Consiguió muchos apoyos entre progresistas de nivel socioeconómico alto y volvió a recuperar el sueño de colocar a una mujer en la Casa Blanca. Pero le costó convencer a minorías y quienes serían los supuestos beneficiarios de sus políticas, la clase trabajadora.
Dejó, eso sí, uno de los mejores momentos de la campaña: el tercer grado al que sometió a Michael Bloomberg en el debate con el que debutó en campaña el multimillonario neoyorquino. Warren noqueó al exalcalde de Nueva York, que salió de la velada con sus opciones de ganar la nominación muy disminuidas.
Ahora la cuestión está en ver si entrega su adhesión a Sanders, el candidato izquierdista que queda en la carrera. Su campaña reconoció que había hablado tanto con el senador de Vermont como con Biden. Sanders, con su posición debilitada tras la remontada de Biden en el Supermartes, necesita ese empujón de la que considera su «amiga» y con quien ha compartido bancada en el Senado. Si Warren le entrega su apoyo, se habrán consolidado definitivamente los dos bloques en estas primarias: el del «establishment», liderado por Biden; y el del izquierdismo, con Sanders al frente.
PUEDEN GANAR, TODO SE VERÁ
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