domingo, 5 de mayo de 2019

EL BOTÓN Y DOS CLICS CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA.

Durando, con 29.000 habitantes, Lucha contra el machismo.

Un botón y dos clics contra la violencia machista.


Durango ha desarrollado un dispositivo conectado con la Policía Local para disuadir a agresores.

Un intenso color rojo aparece en la pantalla de un ordenador en las dependencias de la Policía Local de Durango, y un sonido intermitente y grave, como la bocina de un barco, resuena en la habitación. Si esto no fuese un simulacro, sería una mujer quien habría hecho saltar esa alarma al pulsar dos veces un botón gris con forma de lágrima; una mujer que se encontraría ante una situación de violencia machista en algún punto de esta localidad de 29.000 habitantes. Y si esto no fuese una simulación, esa agente abriría una pantalla nueva, vería quién y dónde ha pulsado ese pequeño pedazo de plástico, levantaría el teléfono para contactar con la patrulla de guardia y les daría un nombre y una localización a la que tendrían que acudir de forma inmediata. Esa alerta es nivel 1 de prioridad.
El dispositivo, que ya tienen 20 duranguesas, es una iniciativa del Ayuntamiento —gobernado por el Partido Nacionalista Vasco en coalición con los socialistas— y empezó a repartirse la pasada semana. El botón, financiado con los 5.968,04 euros del pacto de Estado contra la violencia de género, tiene como objetivo empoderar y proteger a las mujeres y disuadir a los agresores. En apenas cuatro días lo han solicitado 50 ciudadanas más.
Sonia Oceja (Durango, 1968) recogió el suyo el pasado jueves en la Andragunea —la casa de las mujeres donde cualquier vecina del municipio puede rellenar el formulario para solicitar uno— y lo estrenará en cuanto vuelva a salir a entrenar. Llega a ese edificio de piedra bajo el paraguas y con una voluminosa mochila a la espalda. Saca el cacharrito al que ella ha colgado una pulsera morada con un bordado en blanco: “No es no”, en euskera y castellano. Apenas mide cinco centímetros, funciona con una pila, se sincroniza con el móvil, necesita que el GPS esté conectado a la red móvil o al wifi, y está conectado a la Policía Local. “Cuando lo recogí pensé ‘espero no tener que usarlo jamás’, pero da tranquilidad tenerlo”.

El feminismo crece

Aunque ya se le conoce como botón del pánico, para esta atleta y profesora de Educación Física es más bien un botón de seguridad. Esa, dice, que ha ido perdiendo. “Vivo a las afueras y antes ni se me pasaba por la cabeza preocuparme. Ahora oigo un ruido o veo a alguien o un coche hace algo raro y me pongo alerta”, cuenta tensando el cuerpo. Las cosas, según ella, han cambiado en los últimos años. Asegura que ha crecido el movimiento feminista y se ha modificado la perspectiva sobre la violencia machista. Lo percibe en la calle, en sus clases y en su casa: “Tengo tres chicos de 25, 19 y 14 y dos chicas de 23 y 21. Antes me decían cosas como ‘venga mamá, ya estás con tus cosas esas radicales’. Ahora van a las manifestaciones con sus amigas y participan en las actividades en torno al tema”. 
Aparte de enseñar en un colegio público y de entrenar jóvenes, Oceja forma parte de un grupo de 30 corredoras que comparten algo más allá que calzarse las zapatillas los miércoles por la tarde: “Participamos en actividades de la Andragunea: charlas sobre trata o cursos de defensa personal… Y se va generando una conciencia común sin que te des cuenta. Lo del miedo al salir era algo de lo que no hablábamos jamás, hasta que en una conversación sobre una agresión sexual alguna sacó el tema y nos dimos cuenta de que a todas nos pasaba lo mismo”.
El pasado año, el protocolo de actuación frente a la violencia contra las mujeres del Duranguesado —la comarca de la que Durango es la localidad más importante— atendió 83 casos, siete más que en 2017. Uno de ellos, recuerda Oceja, el de una chica que, entrenando en uno de los montes que rodean Durango, se cruzó con un hombre que comenzó a masturbarse. “Se refugió en un caserío y la cosa no fue a más, pero hay que tener cuidado”. Ahora, el botón les proporciona la seguridad de que la Policía está a dos pulsaciones, pero no es su primera herramienta contra la violencia machista. Crearon una app en 2017 para compartir su ubicación y avisar a la Policía.
“El botón es la evolución de aquella aplicación”, apunta Pilar Ríos, la teniente de alcalde y concejala de Igualdad, que lleva la alarma junto a un puñado de pulseras colgando de su muñeca izquierda. “La app requería tenerla abierta y buscar la opción. El botón es inmediato”. Y recuerda que llevan años “poniendo los cimientos de una ciudadanía concienciada”. Cree que lo han conseguido: “El compromiso del pueblo frente a la violencia machista es unánime y creciente”.

Compromiso simbólico

Idoia Agorria, sentada frente a Ríos en el despacho de esta, asiente. Esta informática y asesora de Igualdad fue quien diseñó la appy es optimista por “la cantidad de vecinos que han firmado el Pacto de la Ciudadanía”. Un documento que compromete de forma simbólica a quien lo firma a rechazar la violencia machista y denunciarla si es testigo. “Simbólica pero en firme”, apostilla Agorria, que se queda pensando mientras mira su muñeca derecha, donde también cuelga el botón. “Todo esto empezó mucho antes, en 2005”, dice. “Cuando Felipe asesinó a Ofelia”, dice. Felipe Ardanza acuchilló a Ofelia Hernández el 15 de enero de aquel año, delante de la hija común, de cuatro años, y de otro hijo de 11 que ella había tenido con una pareja anterior. “Desde entonces, los jueves, un grupo de mujeres nos manifestamos contra la violencia”. Cada jueves. Desde 2005.

“Hace falta sensibilizar, no es un juguete”

En octubre de 2017, el Ayuntamiento de Durango desarrolló Agrestop/Erastop, una app disponible para iOS y Android que acumula más de 10.000 descargas y que ya han copiado Pamplona, Bilbao, Zarauz y Alcalá de Henares. Sobre un fondo morado, la aplicación da dos opciones: “acompañar”, para compartir la ubicación en tiempo real con otro usuario, o “avisos”. Esta última advierte: “Utilizar solo en casos reales de agresión o al ser testigos de una agresión. Hacer uso responsable de esta aplicación ya que se movilizan servicios de emergencia”. Pilar Ríos, la teniente de alcalde y concejal de Igualdad, recuerda ese inicio: “Cuando sacamos la app, enseñamos a usarla reuniéndonos con colectivos”. Ahora, con el botón, también lo han hecho, han organizado reuniones por grupos para mostrar cómo funciona y cómo ha de usarse. Y explica que para poner en marcha iniciativas como esta hace falta algo más que la tecnología o el presupuesto: “Es necesaria la sensibilización, no es un juguete”.
ME PIDO UNO TIENGO MIEDO Y LOS ATRACADORES.

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