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jueves, 31 de mayo de 2018

RAJOY NO DIMITIRÁ AUNQUE SÁNCHEZ LLEGUE CON LOS APOYOS NECESARIOS.

El presidente del gobierno Mariano Rajoy en una imagen de archivo

Rajoy no dimitirá aunque Sánchez llegue con los apoyos necesarios.

El PP ya especula con un relevo «ordenado» en un congreso extraordinario si caen.

Los nervios eran visibles ayer en todo el Gobierno y en el PP ante la posibilidad cierta de que Pedro Sánchez gane la moción de censura que defiende a partir de hoy jueves, y Mariano Rajoy se vea forzado a dejar la Presidencia. En el Congreso se extendió con rapidez el rumor de que el jefe del Ejecutivo podría presentar su dimisión antes de ver al líder socialista vencedor, pero el presidente en primera persona y todo el Gobierno zanjaron con rapidez la cuestión: «Es absolutamente falso, no se ha planteado dimitir y no lo va a hacer», subrayaron fuentes del Ejecutivo. Importantes cargos populares ven claro que optará por resistir hasta el final, confiados en que Rajoy pueda salvarse in extremis con la abstención del PNV.
Dentro del hemiciclo, el jefe del Ejecutivo intentó aparentar calma cuando reiteró su intención de seguir adelante e intentar que la legislatura dure cuatro años. «Las responsabilidades políticas deberían pedírselas a quien quiere ser presidente del Gobierno de cualquier manera sin pasar por las urnas», dijo sobre Sánchez. La bancada del PP le recibió con un gran aplauso al entrar.
En los pasillos, fuentes gubernamentales insistieron en que el presidente quiere «pelear» la moción con Pedro Sánchez y ver cómo todos los grupos parlamentarios están obligados a retratarse en este difícil momento. «Vamos a ver a un parlamentario gigante, un elefante político contra tres leopardos que le muerden las piernas. Lo triste es que es posible que ante el ataque constante, le hagan caer», resumió un alto cargo institucional a este diario dejando patente la incredulidad que reina en el PP.

No hará oposición


Si se confirma el peor de los escenarios y Sánchez se proclama vencedor el viernes, los colaboradores de Rajoy no tienen duda de que renunciará a su escaño y se ahorrará así la imagen de su principal adversario político convertido en jefe del Ejecutivo, a pesar de perder las elecciones y lograr solo 84 diputados. «No se quedará como jefe de filas del PP en la oposición», corroboran a ABC dos colaboradores estrechos de Rajoy en La Moncloa y en Génova. Dará por culminada una carrera política de 40 años trabajando desde su partido en todos los niveles de la administración pública.
En el PP se especula ya con que, en ese caso, Rajoy convocará un congreso extraordinario para hacer una sucesión «ordenada» al frente del partido. Un relevo necesariamente rápido pero en el que Rajoy no quiere designar «a dedo» como hizo Aznar con él, aseguran las fuentes consultadas por este diario.
Lo cierto es que en el Gobierno y en el PP mantienen abiertas todos los escenarios y mentalmente están preparados para recoger los bártulos. Numerosos asesores y cargos públicos admitían en privado la incertidumbre sobre el futuro inmediato y muchos buscaron pistas entre los periodistas.
Rajoy estuvo preparando a conciencia el debate con su equipo durante toda la tarde, en su despacho de La Moncloa. «El presidente asistirá con toda normalidad al debate de la moción de censura», subrayaron fuentes de su entorno.

Cerrar filas

En el Gobierno insisten en que es momento de cerrar filas y superar la prueba de la votación del viernes. Pero a partir de ese momento, y si Rajoy sale «vivo» de la moción de censura, los populares reconocen en los pasillos que «algo habrá que hacer», porque la oposición ya ha anunciado una cascada de inicitivas similares y una retirada total de apoyos que haría inviable la legislatura. La sensación general es que, pase lo que pase, ya nada será lo mismo y la legislatura queda tocada.
Aunque Rajoy ha reiterado hasta la saciedad que quiere una legislatura de cuatro años, en su entorno asumen la dificultad de cumplir ese objetivo. La principal tarea del presidente del Gobierno, siempre que supere la censura, sería intentar recomponer las relaciones con sus socios presupuestarios, empezando por Ciudadanos, que se han visto muy dañadas tras la sentencia del caso Gürtel Rajoy ha evitado estos días el ataque directo al partido naranja, para no hacer saltar por los aires los pocos puentes que quedan.
Sin embargo, en filas populares la opinión extendida es que Rajoy debe aguantar porque «no tiene nada de que avergonzarse» por la corrupción que les corroe. Al conrario, creen que llegado el momento deberá dejarse derribar por la oposición y así visibilizar ante su electorado que se ha cometido una injusticia. Participe o no Ciudadanos en la moción de Sánchez, creen que ha sido Albert Rivera el que ha alentado un «caldo de cultivo» contra Rajoy y que pagará un coste político de haber fomentado la inestabilidad en España.
EL ASUNTO ESTA ENCONODO Y MAL ARREGLO PARA ESPAÑA

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