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lunes, 19 de febrero de 2018

DE GUINDOS SERÁ EL VICEEPRESIDENTE DEL BCE.


Luis de Guindos será el vicepresidente del BCE gracias al apoyo del Eurogrupo

El gobernador del Banco de Irlanda, Philip Lane, retira su candidatura y permite una elección por consenso


"En los próximos días presentaré mi dimisión como ministro". Lo ha dicho Luis de Guindos (Madrid, 1960) esta tarde en Bruselas, después de que el Eurogrupo confirmara su apoyo a que sea el nuevo vicepresidente del Banco Central Europeo, tal vez la institución económica más poderosa de la Unión Europea. Guindos se ha quedado como único aspirante, tras la renuncia del gobernador del Banco de Irlanda, Philip Lane, su principal rival. Irlanda ha decidido retirar su candidatura justo antes de la reunión del Eurogrupo. "El Eurogrupo da su apoyo a la candidatura de Luis de Guindos como vicepresidente del BCE", han dicho los ministros en un escueto comunicado.
España ganó el partido antes del pitido inicial. El Eurogrupo —la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona, de la que Guindos forma parte desde 2012— ha ungido a Guindos este lunes, poco después de las cinco de la tarde, como número dos del presidente Mario Draghi en sustitución de Vítor Constâncio, cuyo mandato acaba el 31 de mayo. 
Guindos se ha ausentado de la reunión de ministros, que tiene lugar en Bruselas, para evitar estar presente mientras él mismo es el principal tema de debate en el encuentro. Mañana sí tiene previsto acudir al Ecofin. "El Eurogrupo ha dado hoy su apoyo a Luis de Guindos para la posición de vicepresidente del BCE", por un máximo de ocho años no renovables, han dicho los ministros en un breve comunicado. Tras la reunión, Guindos ha comparecido brevemente ante los medios de comunicación. Ante la insistente pregunta sobre cuándo dimitirá de sus funciones de ministro, ha señalado repetidas veces que será "en los próximos días". Probablemente, ha añadido, antes de comparecer en el Parlamento Europeo, cita prevista para la próxima semana. Ha señalado que cuando llegue a España, hablará con el presidente Mariano Rajoy.
Los ministros de Finanzas de la UE abordarán ese asunto en su reunión de este martes. Después llegarán las opiniones (no vinculantes) del Parlamento Europeo que le examinará a finales de febrero y el propio Banco Central Europeo. Los líderes de la UE adoptarán la decisión definitiva durante la cumbre de primavera, el 22-23 de marzo. Y Guindos será vicepresidente a partir del 1 de junio.
El ministro de Finanzas irlandés, Pascal Donohoe, ha anunciado a su entrada al Eurogrupo la retirada de Lane como aspirante a vicepresidente del BCE en aras "del consenso". "Le deseo la mejor de las suertes a Luis de Guindos", ha dicho. Dublín hace así un movimiento táctico, una especie de retirada estratégica: abandona la lucha por la vicepresidencia, pero muy probablemente Philip Lane optará al puesto de economista jefe, en manos del belga Peter Praet.
Guindos rompe así con una vieja tradición y se convertirá en el primer ministro de Economía que pasa directamente al BCE, el banco central considerado como el más independiente del mundo, y que lleva toda la crisis en el punto de mira por un reguero de injerencias políticas. Su nombramiento acabará de paso con un lustro de perfecto ostracismo para España en los puestos de más relumbrón de las instituciones internacionales y europeas.
Apoyado por Alemania y Francia, Guindos que en 2015 fracasó en la carrera por la presidencia del Eurogrupo, se ha impuesto entre los ministros del euro (aunque sin llegar a competir en una votación) a Philip Lane, brillante economista y gobernador del Banco Central de Irlanda. Y sustituirá al portugués Vítor Constâncio en Fráncfort a finales de mayo, a pesar de que tanto el BCE como el Parlamento Europeo han sugerido que preferían a Lane.
Italia ha sido la gran incógnita hasta última hora: alegaba que el perfil político de Guindos pone en peligro la sacrosanta independencia del BCE, escrita en bronce en un tratado internacional. Tras la posición italiana hay cierto resquemor a España Madrid no apoyó a Milán para acoger la Agencia del Medicamento, pero también razones de más peso, como la lucha por el relevo de Mario Draghi: la presidencia del BCE es el puesto realmente importante en Europa. Esa estratagema italiana (que temía quedarse fuera de la cúpula del Eurobanco cuando Draghi se jubile) no fraguó por los amplios apoyos de Guindos, que eran muchos y poderosos.

Francia y Alemania, su principal defensa

Guindos ha sido uno de los grandes escuderos del halcón alemán Wolfgang Schäuble durante un lustro: Berlín premia esa fidelidad con el voto (condicionado a que España apoye a su vez al candidato alemán a la presidencia del BCE). Francia dudaba, pero finalmente opta también por Guindos: considera que el español tiene “experiencia relevante y méritos personales para el puesto”, y España se cobra así su apoyo a París para acoger la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Más contrapartidas: Portugal le ha respaldado porque en diciembre Guindos apoyó a Mário Centeno para asumir la presidencia del Eurogrupo. Y así ad infinítum: la política de Guindos de acumular deudas durante los últimos años —años de pérdida de peso de España en las instituciones europeas— ha dado resultado.
H. G. Wells acuñó el término tecnócrata en Una historia de los tiempos venideros. La palabra ha acabado usándose para designar a alguien que sabe de dinero y no actúa movido por fuertes convicciones políticas o ideológicas. Y encaja a la perfección con un Guindos que tiene un pasado controvertido en el sector privado: fue presidente de Lehman Brothers en España y Portugal y alabó por aquel entonces cuotas participativas de la CAM. Y fue consejero y presidente del comité de auditoría de la posteriormente nacionalizada BMN, que ha acabado engullendo la también nacionalizada Bankia. Guindos cuenta también con un extenso currículo en el sector público: primero como número dos de Rodrigo Rato (a quien fulminó en Bankia) y como ministro en los seis últimos años. “Seis años que han sido como sesenta”, decía Guindos en una entrevista reciente.
No está claro cuándo dimitirá como ministro ("en los próximos días", ha señalado en declaraciones a los medios"), pero dejará pronto su despacho en el Paseo de la Castellana. Su destino es una alta torre de Fráncfort, junto al río Meno. La próxima batalla en el BCE será por un despacho aún más importante que el de Guindos: Draghi se va en noviembre de 2019 y a Alemania le corresponderá entonces el derecho a cobrarse el apoyo a Guindos para tratar de colocar a uno de los suyos. Probablemente Jens Weidmann, gobernador del Bundesbank. El mismo Weidmann que se ha opuesto sistemáticamente a las bajadas de tipos de interés, a las compras de activos multimillonarias y al resto de medidas extraordinarias que explican salida de la crisis en España: la recuperación que Guindos ha exhibido como su gran logro para llegar al BCE.
MAL ESTAMOS PARA QUE SE  PRODUZCA ESTE NOMBRAMIENTO¿QUÉ ES EUROPA?

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