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jueves, 11 de enero de 2018

POLÉMICA SOBRE LA MEDITACIÓN.

Polémica sobre la meditación en la Junta de Andalucía: «El mindfulness puede ser peligroso».

Psiquiatras, psicólogos e instructores explican en qué consiste esta disciplina de raíces budistas.

Mindfulness es la meditación de origen budista que la Junta de Andalucía ha incluido dentro de las actividades que se pueden computar como tiempo de trabajo sus trabajadores. Definirla es tan complejo como medir de forma empírica su capacidad de ayudar a las personas. Para el psiquiatra José Ignacio del Pino, la meditación es una forma válida de trabajar con la mente. Pero advierte de los peligros de dejar que cualquiera lo haga con un ejemplo muy gráfico: «La meditación es como un atajo, un camino más corto para llegar a un sitio de la mente. Pero hay que tener cuidado con quién te lleva, porque te puede perder o llevar donde no quieres».
Para el doctor Del Pino es importante que quien trabaje con la meditación o con el mindfulness sea personal sanitario. Lo apoya en otra metáfora: «Se puede entender la meditación como un bisturí muy afilado. Si se lo das a un médico te opera y cura. Si se lo das a Jack el Destripador te hace una carnicería». Al final, explica este psiquiatra, el mindfulness no es más que «el mismo perro con distinto collar». Para el doctor Del Pino, antes que mindfulness, estas técnicas se han llamado antes de muchas formas. «Está el método Silva de control mental, la programación neolingüística de Bandler y Grindbeg, la hipnosis, que se conoce desde los egipcios... El problema es que con el tiempo estas técnicas adquieren mala fama y hay que cambiarles el nombre, venderlas de otra forma».
La mala fama de la que habla este psiquiatra tiene que ver por un lado con los programas de televisión (que hacen espectáculo de técnicas legítimas para la medicina psiquiátrica) o de connotaciones mágicas que se le daba a estas formas de tratamiento hace siglos. «No hay nada de eso, es más sencillo. Es la forma de llegar a un estado de sugestión en el que lo consciente se adormece pero lo subconsciente sigue trabajando». Al final, si es personal sanitario quien lo imparte, este psiquiatra está de acuerdo en que puede ayudar a mejorar la concentración o reducir el estrés. O ser «peligrosa si se hace en malas manos».
Para el decano del Colegio de Psicólogos de Andalucía Occidental, Fernando García, «la meditación tiene más que ver con la creencia que con la ciencia». ¿Es dañino? No por sí mismas. ¿Ayudan? Puede ser, explica. Pero con control y personal preparado del ámbito sanitario. «Los psiocólogos usan técnicas de meditación, puede ser útil. Pero eso no quiere decir que el mindfulness sea psicología», explica García, quien señala un gran problema a este tipo de prácticas: «La meditación en malas manos puede ser un peligro porque puede hacer que afloren problemas psicológicos larvados.

Qué es mindfulness

De la forma más sencilla posible, mindfulness es meditar para lograr una atención plena del individuo. Del yo interno y de las circunstancias. Para el instructor de mindfulness Alejandro Moreno es una capacidad del ser humano que se entrena mediante la meditación. «Es una capacidad que tenemos todos pero tenemos perdida», indica Moreno.
Este profesional del mindfulness explica que se formó en Barcelona con un profesor tras trabajar durante años en banca. Una depresión le llevó al mindfulness y la meditación, con la que ahora se gana la vida. «He dado cursos en empresas o en la cárcel, a presos», indica. Moreno indica que está «en un nivel de supervisión, se tarda unos cuatro años en llegar a él».
«Yo no soy terapeuta, mis sesiones son psicoeducativas. Yo les enseño a quienes vienen herramientas para que ellos gestionen su estrés. Pero no hago terapia», explica Moreno. Este es un punto clave, porque en opinión de psicólogos y psiquiatras, la práctica de la meditación o del mindfulness puede hacer aflorar problemas psicológicos. ¿Qué se hace entonces si quien está conduciendo la sesión no es un profesional médico? Ahí hay un problema, entienden. Al que se ha enfrentado este «instructor», que recuerda que en una ocasión ha tenido un alumno que ha sufrido un ataque de ansiedad tras una sesión.
Para Moreno, el mindfulness vale para darse cuenta cuando la mente empieza a dar vueltas, «a rumiar. Eres capaz de darte cuenta y pararla». También es buena para mejorar, dice, «la capacidad de atención y concentración». Se puede aprender a distinguir, añade, «a un líder de un jefe».
Con el mindfulness en medio, hay dos trincheras. La de los psiquiatras y psicólogos, que creen que las técnicas de meditación son una ayuda terapéutica que debe conducir un profesional médico. Por otro los profesores de mindfulness, que entienden que son técnicas que se pueden aprender en escuelas e impartir, sin tener por qué saber de medicina. En medio, los funcionarios de la Junta de Andalucía, que podrán meditar, aún sin saber quién impartirá las sesiones y contarse ese tiempo como trabajo.
LA MEDITACION ES BUENA PARA UNA CABEZA BIEN AMUEBLADA,PERO NO HAY MUCHAS.

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