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jueves, 10 de noviembre de 2016

EL VOTO RURAL Y DE LOS EVANGÉLICOS FUE PARA TRUMP.



Donald Trump, tras su victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos
           Donald Trump, tras su victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos
El voto rural y de los evangélicos, claves en la victoria de Donald Trump en las elecciones.
Hillary Clinton obtuvo menos apoyo de las mujeres y los hispanos que Obama en 2012
La Norteamérica rural y los evangélicos han marcado la diferencia. Donald Trump ha arrasado a Hillary Clinton entre los llamados rednecks, los blancos del interior de Estados Unidos, y los miembros de la comunidad cristiana que más se identifica con el Partido Republicano.
Estos dos colectivos han encumbrado al magnate neoyorquino a la Casa Blanca, sin que sus bravuconadas sexistas o sus comentarios despectivos sobre los hispanos hayan recibido un castigo suficiente como para frenarle.
De hecho, Hillary Clinton ha obtenido en las elecciones presidenciales de este martes menos apoyo de las mujeres y de los latinos que el que recibió Barack Obama hace cuatro años, cuando renovó su victoria para un segundo mandato.
A la vista de los resultados y de las encuestas realizadas a pie de urna, las promesas populistas de recuperar la grandeza de América, supuestamente perdida, y de proteger al país de la fuga de empleos por los tratados comerciales y de la inmigración irregular han calado más que los temores que podían infundir en parte del electorado su lenguaje y propuestas provocadoras.
Eso ha permitido al millonario neoyorquino imponerse en algunos de los estados clave de estas elecciones, como Florida, Carolina del Norte, Ohio o Pensilvania, que le han permitido destrozar los pronósticos y resultar elegido como 45 presidente de los Estados Unidos.
Trump ha obtenido el 56% del voto blanco, frente a un 39%, pero la distancia se ha disparado a los 27 puntos en el caso de los electores rurales.

El vasto interior, pintado de rojo

Un vistazo al mapa de resultados muestra cómo el apoyo a Clinton se ha concentrado en torno a las grandes áreas urbanas del país, mientras que el vasto territorio entre ambas costas ha quedado en una amplia mayoría pintado del rojo republicano.
Además, de acuerdo con el sondeo de Reuters/Ipsos a la salida de los colegios electorales, el candidato republicano ha logrado una gran ventaja sobre su rival entre los blancos sin título universitario, de 31 puntos entre los hombres y de 27 entre las mujeres.
El voto de los evangélicos ha sido igualmente decisivo. Un 81% de los electores de este importante grupo cristiano han apoyado a Trump, frente a un 16% que ha respaldado a Clinton, según la misma encuesta a pie de urna, la mayor diferencia al menos desde la victoria de George W. Bush frente a John Kerry en 2004.
Un 81% de los evangélicos votó al candidato republicano, frente a un 16% que respaldó a Clinton
El vídeo publicado a pocas semanas de las elecciones en el que Trump aparecía jactándose de hacer con las mujeres cuanto se le antojaba parecía haber sembrado la división en la comunidad evangélica, pero finalmente han considerado al candidato republicano como cualquier otro pecador y han pasado por alto esa falta.
Tampoco el rechazo de las mujeres que se pudieran haber dado por ofendidas ha suficiente para apartarle de su ascenso hasta el Despacho Oval. Hillary Clinton solo ha logrado dos puntos de ventaja sobre Trump en el voto femenino, mientras que Obama había conseguido distanciarse en siete de Mitt Romney en 2012.
Entre las minorías hispana, afroamericana y asiática, la candidata demócrata ha logrado imponerse con rotundidad a Trump, pero también se ha quedado por debajo del respaldo que consiguió de estos colectivos el todavía hoy presidente cuando se presentó a la reelección, por lo que este factor tampoco ha llegado al final a ser determinante.

Las mujeres no se volcaron con Clinton

La expectativa de ver por primera vez a una mujer al frente de la nación más poderosa del planeta no fue motivo suficiente para que el voto femenino se volcara con Hillary Clinton.
Tampoco la aparición de un vídeo de 2005 en el que Donald Trump presume de hacer lo que se le antoja con las mujeres, ni las denuncias de acoso por una docena de ellas.Según un sondeo de Reuters/Ipsos, solo un 49% de las estadounidenses que votaron lo hicieron por Clinton, frente a un 47% que respaldaron al candidato republicano.
El presidente saliente, Barack Obama había logrado hace cuatro años una ventaja mayor sobre su oponente, Mitt Romney, hasta siete puntos.

Insuficiente apoyo de hispanos a los demócratas

El apoyo de las minorías hispana, afroamericana y asiática a Hillary Clinton se quedó corto para detener la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
La mayoría de los analistas habían apuntado que los latinos, que suponían ya el 12% del electorado, iban a ser clave en el resultado y los demócratas confiaban en que los provocadores mensajes del candidato republicano, que arremetió contra los mexicanos «asesinos y violadores» y prometió levantar un muro en la frontera sur de Estados Unidos, propiciaran un apoyo masivo a Clinton. Sus votos podían ser especialmente útiles en algunos estados decisivos, como Nevada y Florida, con una gran proporción de votantes con estos orígenes.
Sin embargo, el resultado cosechado entre los hispanos por la ex secretaria de Estado ha sido incluso menor que el que obtuvo Barack Obama de ellos hace cuatro años. Clinton ha tenido un 66%, frente al 70% conseguido por el aún presidente, según los datos del sondeo de Reuters/Ipsos.
Tampoco el respaldo de la minoría afroamericana a la aspirante demócrata, un 89%, ha alcanzado los niveles que logró el primer presidente de raza negra en la historia del país, que se situó en el 96%.Aunque menos relevante, el voto de los asiáticos para Clinton se quedó igualmente por debajo del de Obama en 2012, al quedarse en el 65%, frente al 67%.

Menos estudios, más populismo

Los mensajes populistas de Donald Trump han logrado mayores porcentajes de éxito entre los trabajadores que carecen de estudios universitarios. De acuerdo con las consultas a pie de urna durante las elecciones, el candidato republicano ha sacado doce puntos de ventaja a Hillary Clinton entre aquellos votantes que no han llegado a acceder a la universidad.
La diferencia ha sido particularmente amplia en el caso de los blancos sin título universitario, que ha sido de 31 puntos entre los varones y de 27 entre las mujeres. Barack Obama había ganado a Mitt Romney en 2012 en todos los niveles educativos, con una ventaja de dos puntos entre los votantes sin titulación universitaria.

El apoyo al aborto pudo castigar a Hillary

Hillary Clinton es una convencida defensora del derecho al aborto, lo que ha podido favorecer la huida del voto de distintos grupos cristianos hacia el candidato republicano.
El más importante es el de los evangélicos, que en un 81% han apoyado a Donald Trump, frente al 16% que se ha inclinado por Clinton. Los católicos se han decantado en su mayoría por ella, aunque la diferencia con Trump ha sido de solo un 52% frente a un 45. Los protestantes no evangélicos la han preferido en un 59% de los casos, mientras que el 35% optaron por Trump. Los judíos la han respaldado de forma más clara: un 71% frente al 24%.

El voto demócrata se concentra en las ciudades

Las elecciones del pasado 8 de noviembre han revelado una clara polarización del voto urbano y rural. Los electores que han ejercido su derecho en las grandes áreas metropolitanas se han mantenido mayoritariamente fieles a la candidata demócrata, mientras que los condados con menor concentración de población han sido terreno abonado para las promesas de volver a una América grande que viene lanzando Donald Trump en el último año y medio.
Clinton ha logrado una ventaja de seis puntos sobre Trump en las áreas urbanas, mientras que el candidato republicano ha sacado 27 puntos a su oponente en las zonas rurales.
La gran conurbación que se extiende desde Boston a Washington D. C.; las principales ciudades de la región de los Grandes Lagos, como Chicago, Detroite, Cleveland o Milwaukee; Miami y el resto del próspero y turístico sur de Florida; las principales poblaciones de la costa oeste, desde San Diego a Seattle, pasando por Los Ángeles, San Francisco y Portland, o incluso las texanas Dallas y Houston, han apoyado a Clinton en estas elecciones.
En cambio, fuera de ese universo urbano, la mayor parte de la América profunda, desde los Apalaches a los bosques de Oregón, pasando por el Medio Oeste y las Grandes Llanuras, han sido para Trump.
EL VOTO CONSERVADOR  FUE PARA TRUMP.

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