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lunes, 12 de septiembre de 2016

EL REY,ANTE EL BLOQUEO POLÍTICO.



Don Felipe, durante una audiencia en el Palacio de la Zarzuela
                             Don Felipe, durante una audiencia en el Palacio de la Zarzuela
El Rey, ante el bloqueo político.
Don Felipe ha vuelto a recordar que es el Congreso el que debe resolver la situación.
Tras nueve meses sin gobierno, algunos españoles miran al Palacio de La Zarzuela, como si una intervención del Rey pudiera resolver el problema. Pero la Constitución establece con toda claridad que a Don Felipe sólo le corresponde proponer un candidato y que es el Congreso de los Diputados el que debe elegir al presidente del Gobierno.
Hasta 1978 todos los Jefes de Estado españoles —Reyes y presidentes de la República— designaban y destituían a los jefes de Gobierno y, salvo contadas excepciones, aquella experiencia acabó abrasándoles. En la España anterior a la Guerra Civil casi nunca hubo mayorías políticas claras y los Jefes del Estado acababan sacrificando su neutralidad al apostar por una opción determinada. Los padres de la Constitución de 1978, conocedores de esa inestabilidad política de España e influidos por los sistemas parlamentarios más avanzados del mundo, acabaron con esa facultad del Rey y la traspasaron a las Cortes.
Casi cuatro décadas después de que entrara la norma en vigor, el Congreso se muestra por primera vez incapaz de elegir un presidente, pero mucho más grave que permanecer un largo tiempo sin Gobierno sería que el Rey incumpliera la Constitución, se implicara en políticas de partido y perdiera una de sus características más preciadas, que es la neutralidad.

¿Por qué Don Felipe no puede elegir al presidente del Congreso?

La Constitución de 1978 introdujo como novedad que el presidente del Gobierno debía ser elegido y destituido por el Congreso de los Diputados. Hasta ese momento, todas las Constituciones anteriores atribuían esas funciones al Rey o al presidente de la República.
El Rey junto a la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor
El Rey junto a la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor-

¿Por qué se introdujo esa novedad en la Constitución?

Salvo algunas excepciones, la experiencia histórica de que el Jefe del Estado eligiera y cesara al presidente del Gobierno tuvo un balance negativo. De hecho, los presidentes apenas se mantenían meses en el cargo porque no podían gobernar con Parlamentos fraccionados u hostiles. En la I República hubo cinco presidentes en año y medio, en el Reinado de Alfonso XII hubo ocho en once años, en el de Alfonso XIII se sucedieron 43 presidentes en 46 años y en la II República, trece en cinco años.

¿Qué ocurre en el resto de los países avanzados?

Tanto las Monarquías como las Repúblicas parlamentarias más modernas fueron atribuyendo a la Cámara la elección del presidente del Gobierno o primer ministro, como se hizo España en 1978. De esta forma, el control de las Cortes al Gobierno se extendía a la elección y destitución de su presidente.

¿Por qué Don Juan Carlos sí pudo elegir a Suárez?

El Rey Don Juan Carlos pudo elegir a Adolfo Suárez presidente del Gobierno en julio de 1976 porque la legislación vigente se lo permitía. No obstante, en cuanto se celebraron las primeras elecciones democráticas, en junio de 1977 y aunque aún no se había elaborado la Constitución de 1978, el presidente Suárez fue investido por el Congreso de los Diputados. Los otros cinco presidentes del Reinado de Don Juan Carlos (Calvo-Sotelo, González, Aznar, Zapatero y Rajoy) también recibieron la confianza del Congreso de los Diputados.
Imahen de archivo Adolfo Suárez jurando su cargo ante el Rey Don Juan Carlos
Imahen de archivo Adolfo Suárez jurando su cargo ante el Rey Don Juan Carlos-

¿Vivió Don Juan Carlos alguna situación similar en su Reinado?

También el Rey Don Juan Carlos afrontó situaciones parecidas, en las que algunos sectores le pedían que interviniera directamente en asuntos de especial gravedad para los que no tenía competencia. Así ocurrió, por ejemplo, en los años más duros del terrorismo de ETA o durante la guerra de Irak.

¿Qué institución debe resolver entonces los principales problemas?

Don Felipe volvió a recordar la pasada semana que «en un régimen constitucional y democrático de Monarquía parlamentaria como el nuestro, las Cortes Generales son la sede donde, tras el debate y el diálogo entre las fuerzas políticas, se deben abordar y decidir los asuntos esenciales de la vida nacional».

¿Qué piensa Don Felipe de sus funciones?

En su discurso de proclamación, dijo: «Hoy puedo afirmar ante estas Cámaras, y lo celebro, que comienza el reinado de un Rey constitucional». Y agregó: «un Rey que debe atenerse al ejercicio de las funciones que constitucionalmente le han sido encomendadas».

¿Qué puede hacer el Rey ante el bloqueo político?

La función del Rey es arbitrar el procedimiento para la elección de un presidente del Gobierno y proponer candidatos desde una posición de neutralidad que ninguna otra persona o institución podría ofrecer. También puede aconsejar, sugerir y advertir, pero sin llegar a interferir en las políticas de partido.
La función del Rey es arbitrar el procedimiento para la elección de un presidente del Gobierno

¿Por qué es tan importante la neutralidad del Rey?

Porque únicamente desde la neutralidad se pueden defender los intereses generales de los ciudadanos sin presiones electoralistas o partidistas.

¿Qué ventajas aporta la Corona en estas circunstancias?

Como ha explicado el Rey, su independencia, su neutralidad política y su vocación integradora ante las diferentes opciones ideológicas aportan estabilidad al sistema político y le permiten ser cauce para la cohesión entre los españoles.

¿Qué pide Don Felipe a los políticos desde el 20-D??

El Rey ha vuelto a recordar a los líderes políticos que la pluralidad política «conlleva una forma de ejercer la política basada en el diálogo, la concertación y el compromiso».

¿Por qué no hay cultura de acuerdos en la política nacional?

Porque en los últimos 40 años, los partidos se han acostumbrado a gobernar en solitario o aliados con otra formación minoritaria, pero nunca han necesitado pactar con varias fuerzas políticas. Por el contrario, sí existe una cultura de acuerdos en la política autonómica y municipal.

¿Intuía Don Felipe este escenario el día de su proclamación?

Sí. De hecho, al asumir la Corona afirmó: «Aspiramos a una España en la que se puedan alcanzar acuerdos entre las fuerzas políticas sobre las materias y en los momentos en que así lo aconseje el interés general».

¿NO HABRÁ QUE CAMBIAR LA CONSTITUCIÓN PARA EVITAR ESTA SITUACIÓN?

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