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sábado, 21 de mayo de 2016

ES IMPERDONABLE QUE LOS PARTIDOS SE NIEGUEN A TRABAJAR

CRIMEN
Los principales partidos políticos españoles han tendido a privilegiar sus intereses electoralistas más inmediatos en detrimento del bien común. Dicha actitud, que alcanzó niveles repugnantes en los días posteriores al 11-M, ha envenenado los grandes problemas de fondo: la ordenación territorial, la Justicia, la economía. Un ejemplo de manual lo ofrecieron los socialistas embarcándose en una reforma estatutaria en Cataluña que nadie percibía como urgente, los 'populares' recogiendo firmas contra ella y favoreciendo bajo mano boicoteos contra empresas catalanas, y los convergentes intentando luego cabalgar una ola independentista que los ha engullido y ha colocado Cataluña en una situación disparatada. Son cosas que tienen mal remedio. Hay que asumirlo.
Lo realmente imperdonable, lo inasumible, es que los grandes partidos políticos se nieguen a trabajar. El trabajo que les corresponde no consiste en mover a sus líderes de un lado a otro diciendo inanidades, ni en acusarse unos a otros, ni en sostener peleas internas. Aunque roben y mientan, aunque perviertan las instituciones, en último extremo les corresponde, porque nadie más puede hacerlo en un sistema no dictatorial, evitar los peores desastres.
La incapacidad de formar Gobierno es un desastre pequeño. El desparpajo con el que se ha llevado la deuda nacional, con una escalofriante dependencia de acreedores externos, hasta niveles propios de una situación posbélica, es un desastre considerable. La incompetencia que ha impedido afrontar con seriedad y constancia un mal tan destructivo como el paro crónico y masivo constituye un desastre grandioso. La aparente indiferencia con que se espera el colapso del sistema de pensiones, ya sin fondo de reserva, insostenible a medio plazo en sus actuales términos, es peor que un desastre. Es un crimen que empequeñece todos los cometidos hasta ahora.
TODO ESTÁ MUY CLARO,UNA IRRESPONSABILIDAD TOTAL  PERO  SE HAN PROTEGIDO CON EL AFORAMIENTO.

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