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jueves, 22 de enero de 2015

GENTE QUE NUNCA MÁS TRABAJARÁ

Fernando Reyna, de 58 años, lleva tres en el paro

La desesperación de la cola del paro

Reyna, de 58 años, desahuciado, asegura que le dicen que prefieren contratar a gente joven

De la Cuesta, de 25, cree que si oculta su formación tiene más posibilidades de que la elijan.

Fernando Reyna, 58 años. “Prefieren a gente más joven”

“Llevo tres años y un mes en paro”, explica Fernando Reyna, de 58. “Era encargado de jardinería , pero la empresa en la que trabajaba, que llevaba toda la jardinería de Torrelodones, cerró, y desde entonces no encuentro nada. He buscando sin parar, no paro de enviar currículos a todas partes, pero o no cogen a nadie o prefieren a gente joven”.
Reyna está desesperado.
La mayoría de las empresas a las que ha enviado su currículo ni le ha contestado. “En algún sitio que sí me han respondido, al final me han confesado que prefieren coger a alguien de 20 años porque esos contratos tienen subvenciones y pueden hacerles, por ejemplo, uno de prácticas o despedirles sin indemnización al cumplir un año”.
Reyna ha trabajado 15 años de encargado de jardinería y 23 en poda de altura. “Cuando este verano empezó a morir gente porque se caían ramas de los árboles en Madrid pensé que harían nuevos contratos. Pero no cogen a nadie y somos muchísimos los que estamos en paro”. "Los políticos son unos embusteros. Dicen que la crisis es historia, pero no se lo cree nadie. Y los pocos trabajos que hay, que aceptaríamos el 99% de los que estamos buscando, son por horas".
El pasado julio fue desahuciado de la casa donde llevaba 10 años viviendo, de alquiler. Ahora colabora con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). De hecho, pasa la mañana del miércoles asistiendo a una familia a la que están a punto de desahuciar también.
El tiempo juega en su contra. "O consigo trabajo en los próximos cinco años o, después de haber cotizado durante 36, me quedará una pensión mínima, como si fuera una no contributiva", explica.
Ahora recibe el subsidio de 426 euros al mes para mayores de 55 años. Es un alivio, "pero con eso no se vive"."Mi hija, que tiene 36 años, me ayuda cuando puede. La sableo de vez en cuando para llegar a fin de mes. Esto es muy duro. He pasado hambre y muchos altibajos. Cuando me imagino el futuro me echo a llorar. Me veo ocupando alguna casa... para robar no tengo estómago. No tengo esperanzas de encontrar trabajo, pero si no lo encuentro no sé qué será de mí. Necesito un contrato como sea".
Almudena de la Cuesta, de 25 años, aún no ha conseguido incorporarse al mercado laboral. /

Almudena de la Cuesta, 25 años: “Mi primera nómina se la daría a mis padres. Se la debo”

“Nunca he tenido un trabajo. Aceptaría el que fuera. Busco de lo que sea: de teleoperadora, de camarera, de dependienta... Pero no hay. He enviado 90 currículos, pero en la mayor parte de los sitios ni contestan”. Almudena de la Cuesta tiene 25 años. Estudió Periodismo y se sacó el título de maquinista de tren. “Mientras hacía la carrera vi que en periodismo no había salida, así que hice el curso de maquinista. La mayoría de mis compañeros están en paro. Una trabaja de cajera en Mercadona, otro de recepcionista...”.
Le hubiese gustado irse de casa, pero sin ingresos, es imposible establecerse por su cuenta. “Vivo con mis padres, que me ayudan en todo, claro. Mi madre es maquinista y mi padre, que es químico, está en paro. Le despidieron con 57 años de la empresa en la que trabajaba y ya no aspira a encontrar otro trabajo”, relata.
De la Cuesta asegura que se siente “defraudada por el sistema”. “He hecho todo lo que me dijeron. Te decían: estudia y tendrás un futuro. Aprende inglés... Y lo hice. Pero ni con carrera ni sin carrera. No hay trabajo”. De hecho, confiesa que a veces oculta parte de su formación en su currículo porque piensa que así tendrá más posibilidades de que la llamen. "Prefieren gente menos cualificada porque piensan que así podrán pagarte menos y no te irás si encuentras algo mejor". 
Muchos de los amigos de De la Cuesta se han marchado al extranjero a buscar una oportunidad para poder incorporarse al mercado laboral. “Algunos a Escocia, a Alemania, a Suecia... Yo, si no hubiera hecho el curso de maquinista me habría marchado también, pero quiero esperar a ver si Renfe hace algo. Aunque es difícil porque cuando salen plazas sacan 20, y hay miles de maquinistas en paro”.
Preguntada por qué haría con su primera nómina, responde rápido: “Se la daría a mis padres. Se la debo. Eso y mucho más, aunque no sé si me dejarían”.
DE 50 AÑOS PARA ARRIBA ES IMPOSIBLE ENCONTRAR TRABAJO

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