Privilegios
Las ventajas inaceptables de la clase política.
El artículo 14 de La Constitución Española dice que "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social". Pero si les preguntara a ustedes si en verdad se cumple este artículo estoy seguro que la mayoría me diría que no. Unos por unos motivos y otros por otros, pero esa sería la respuesta que prevalecería.
Y en esa contestación, muchos opinarían que los políticos son tratados de diferente manera. Y no les faltaría razón. Por eso quisiera comentar hoy el tema del privilegio jurisdiccional que tienen "los padres de la patria grande" y los "padres de las patrias chicas", es decir, los Congresistas, Senadores y Parlamentarios en general. Para entender bien este tema vamos a diferenciar la inviolabilidad, la inmunidad y el aforamiento, recogidos en el artículo 71 de La Constitución Española.
Inviolabilidad. En general, y sin entrar en matizaciones jurídicas, podemos decir que a los Diputados y Senadores no se les puede juzgar por las opiniones manifestadas en el ejercicio de su cargo. Parece lógico que la tengan, pues garantiza la libertad de expresión y votación que se necesita de los parlamentarios.
Inmunidad. Es otra prerrogativa que supone que a los Diputados y Senadores no se les puede retener ni detener a no ser en caso de flagrante delito. También para garantizar el normal funcionamiento de las Cámaras.
En el caso de que se quiera imputar o procesar a un Diputado o Senador hay que pedir un suplicatorio, es decir, un permiso al Congreso o Senado. En mi opinión, esta ventaja resulta inaceptable, pues bastaría con la imposibilidad de adoptar medidas cautelares (detención, prisión provisional), respecto al parlamentario.
Aforamiento. Es un privilegio en materia de jurisdicción penal por el cual unas determinadas personas, por razón de su cargo, tienen que ser juzgadas por un Tribunal Superior al que tendríamos el resto de los ciudadanos. Creo que hoy en día carece de sentido, e incluso puede llegar a quebrar el principio de igualdad ante la ley. Por otra parte, y como veremos a continuación, ha terminado siendo un auténtico desmadre.
1- ¿Quiénes son aforados en España? Según La Constitución: El Rey, El Gobierno de España y los Diputados y Senadores. Pero también, y según la Ley orgánica del poder Judicial: Los Gobiernos Autonómicos, todos los parlamentarios autonómicos, Altos Cargos Judiciales y todos los Jueces, Magistrados y Fiscales. Además, el Presidente y los Consejeros del Tribunal de Cuentas, el Presidente y Consejeros del Consejo de Estado, el Defensor del Pueblo y los Defensores de las Comunidades Autónomas. Y como las Comunidades Autónomas pueden ampliar los aforamientos, pues los han aumentado. Como señalan los catedráticos Esparza y Gómez Colomer, "la cifra total de aforamientos en España ronda los 10.000".
2- ¿Qué ocurre en otros países? Estados Unidos: ninguno. Alemania: ninguno.
Italia: Presidente de la República. Portugal: Presidente de la República.
Francia: Presidente de la República, Primer Ministro y Ministros.
Hoy, la mayoría de los juristas considera que es un privilegio arcaico que está lejos de lo que debe ser un Estado moderno y democrático. Un privilegio que, si ya amparaba a demasiados cargos cuando se redactó la Constitución, se expandió de forma extraordinaria con las Autonomías. Como consecuencia de ello, España ocupa el primer puesto en la clasificación mundial de aforamientos, siendo la vergüenza internacional cuando se habla de esta materia.
Por otra parte, plantea un problema adicional grave en el funcionamiento judicial. Pues Tribunales que tienen que dedicarse a la revisión de sentencias están actuando como Juzgados Ordinarios de Instrucción.
No cabe la menor duda que habría que modificar estas prerrogativas. El problema está, como siempre, en que quienes tienen que cambiarlas son los mismos que se aprovechan de ellas. Y hoy en día, con la corrupción asentada en España, a todos los políticos, sean del partido que sean, les viene muy bien tener estos privilegios; incluso alguno está donde está solo por ellos.
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