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miércoles, 19 de febrero de 2014

ESPAÑA PIERDE MUCHO CAPITAL HUMANO 225.000 JÓVENES MUY PREPARADOS

Casi 225.000 españoles han tenido que emigrar para encontrar un empleo.
El perfil demográfico de España continúa cambiando. Y lo hace de una manera cada vez más relevante. Un dato lo acredita. Entre 2008 y 2012, la emigración española se ha disparado. En concreto, 224.900 personas nacidas en España decidieron partir hacia el extranjero durante esos años. Y lo que no es menos significativo: con una evolución creciente a medida que se ha ido prolongando la crisis.
En 2008, el número de emigrantes fue de 33.500; en 2009, de 36.000; en 2010, la cifra ascendió a 40.200; en 2011, a 55.500 y un año más tarde el número creció hasta los 59.700. Todavía no hay datos correspondientes al año pasado, pero lo previsible es que la cifra haya seguido creciendo.
La consecuencia de esta evolución es que, a medida que se prolonga la crisis, España ha pasado de ser un país de fuerte inmigración extranjera a ser un territorio de emigración, motivado en su mayor parte por la salida de foráneos.

Los datos aparecen en trabajo editado por Funcas y realizado por los profesores Uribe-Etxeberria (Deusto Business School), Requena Silvente y Serrano Domingo (Universidad de Valencia), en el que se achaca la fuerte inmigración de los extranjeros a que se trata del colectivo “más negativamente afectado por el desempleo y los recortes sociales en el gasto público”. Sin embargo, y aquí está la paradoja, durante la crisis han seguido entrando en España más extranjeros de los que han salido. Las leyes de reagrupación familiar tienen mucho que ver con este fenómeno, algo que explica que la tasa de inmigración haya permanecido prácticamente igual, en el entorno del 12%.
En concreto, durante la crisis, han entrado cada año (como media) 479.000 inmigrantes, mientras que han abandonado el país 339.000 personas.
Los datos de los investigadores de Funcas, basados en los que proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE), reflejan una evidente incoherencia entre las cifras que refleja el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) y el número real de españoles que han salido al exterior a encontrar un empleo.
Españoles y consulados
Según el registro oficial de españoles nacidos en España inscritos en los consulados, su número ascendía a 633.750 en 2009, mientras que en 2013 ya se alcanzaban los 673.662. Es decir, que en cuatro años de crisis habrían salido únicamente 40.000 personas. Esta cifra, dicen los investigadores, “está claramente subestimada ya que no todos los ciudadanos que emigran se registran en los consulados españoles allí donde van, especialmente los que lo hacen dentro de la Unión Europea”.

Lo que sí está claro es que durante el periodo 2000-2007 la población nacida en el extranjero tenía una propensión a migrar cinco veces mayor que la de la población nacida en España. Por ejemplo, en 2005 cambiaron de municipio de residencia tres de cada cien nacidos en España frente a catorce de cada 100 nacidos fuera del país.
Es decir, que la movilidad laboral de los españoles que incorpore un cambio de residencia continúa siendo extremadamente baja respecto de los extranjeros. Incluso durante la crisis. Ello explica, por ejemplo, que la provincia con más desempleo de España, Cádiz, tenga una tasa de paro tres veces mayor que la de menos, Guipúzcoa. No hay, por lo tanto, movilidad, como cabría esperar en un territorio en el que existe libertad de movimientos. Y eso que la tasa de actividad de quienes se desplazan es bastante mayor que entre quienes no lo hacen, lo que significa que es rentable cambiar de geografía.  El informe recuerda, igualmente, que los extranjeros tienden a moverse más que los nacidos en España desde las regiones de baja renta per cápita hacia las regiones de alta renta per cápita.
¿Qué quiere decir esto? Pues que la tasa de migración interior de los migrantes extranjeros “es más sensible al ciclo económico que la de los migrantes nacidos en España”. De hecho, en 2012 cambiaron de municipio de residencia tres de cada cien nacidos en España frente a ocho de cada cien nacidos fuera de ella.
Uno de los factores señalados que más influyen en la propensión a la emigración es la edad: son los jóvenes los que más varían de lugar de residencia. Entre 2008 y 2012, un 30% de los migrantes tenía entre 20 y 29 años y otro 27,9% pertenecía al grupo entre 30 y 39.

Sin embargo, a pesar de que la crisis económica parece cebarse especialmente en los jóvenes, con tasas de paro que superan el 55%, no hay indicios de que la propensión hacia la emigración de este colectivo haya crecido durante la crisis.
COMENTARIO:
Ayer oí un dato que dijeron por TV, no recuerdo cuál: En cualquier momento del día hay miles de aviones comerciales volando de aquí para allá... el pico parece estar en los 13.000 aparatos... ¡13 mil aviones comerciales volando al mismo tiempo...!
¿Quién viaja en tanto avión...? Pues gente de toda clase y condición... supongo que, mayormente, gente de clase media, que van, y vienen, o vienen y van... con fines diversos...
Quién, con 25 años, no encuentra trabajo en su entorno, o si lo encuentra, no es de su agrado, se va a otro sitio... en vez de "trabajo", pongamos "medios de vida"... porque, dejando a un lado el empleo en el sector público - hay que tener padrino -  hay otros medios de vida distintos del trabajo por cuenta ajena, como por ejemplo, pescador, o mariscador, o cultivador de champiñones, etc...
Pero a los 25 años, la sangre del macho hierve, y sale hacia dónde sea y cómo sea... ahora menos, porque los jóvenes están menos curtidos que antes, cuando había "mili" obligatoria... La mili, ¡quién lo duda? era una gran experiencia...
De todas formas, el desplazamiento de los humanos hacia lugares donde era más benigno el clima, o dónde había más caza, fue una constante en la Historia... y ahí seguimos, aunque los medios de desplazamiento hayan cambiado...

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