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jueves, 26 de diciembre de 2013

ESPAÑA SE BAJA LOS PANTALONES ANTE MARRUECOS UNA VEZ MÁS

Entierro de los melillenses fallecidos

Dos meses de silencio marroquí

Melilla se moviliza para exigir que Rabat aclare la muerte de dos jóvenes españoles

La autopsia que les fue practicada en España desmiente la versión oficial marroquí

El Gobierno español adopta un perfil bajo para no indisponer a Marruecos.

El resultado de la autopsia efectuada pos forenses españoles echa por tierra la versión oficial de Marruecos. “Está claro que los chavales fueron asesinados”, declaró, poco después de conocerla, Dris Mohamed, el padre de uno de los dos jóvenes españoles a los que la Marina Real marroquí mató el 27 de octubre en sus aguas territoriales. “Los mataron a bocajarro después de darles una paliza”, añadió.
Abdeslam Ahmed Ali, de 24 años, y Amin Mohamed Dris, de 20, murieron hace dos meses a causa de los disparos efectuados por infantes de la Marina Real que les dieron el alto, pero a los que no obedecieron, según la versión oficial marroquí difundida al día siguiente a través de la agencia MAP. Se dieron a la fuga con su zodiac no sin antes haber intentado “una maniobra de colisión” con la patrullera. La maniobra no deja de ser extraña por parte de una embarcación con un casco semi rígido.
El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, anunció el 4 de noviembre que las autoridades marroquíes habían abierto una investigación sobre lo sucedido y que su resultado se conocería “de forma muy rápida”. El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik el Barkani, afirmó incluso a principios de este mes que la investigación había concluido. Hoy el portavoz del Ejecutivo marroquí precisó que todavía no había concluido.
Los padres de ambos jóvenes siguen, sin embargo, sin conocer su resultado; tampoco tienen la autopsia que se les hizo en Marruecos ni han recuperado la ropa y otras pertenencias de sus hijos pese a haberse desplazado hasta el consulado español en Nador, la ciudad colindante con Melilla, y a la sede de Exteriores en Madrid. Aunque el martes sacó un comunicado explicando sus gestiones, Exteriores ha optado por no presionar a Rabat en este y en otros asuntos porque teme que afloje su cooperación en la lucha contra la inmigración irregular, indican fuentes diplomáticas españolas conocedoras del caso.
Desde principios de esta semana los padres sí poseen la autopsia, practicada en Melilla, que les entregó el juzgado número 5. De su lectura, efectuada con la ayuda del algún médico, los progenitores han sacado la conclusión de que “no se les mató durante una persecución”. “Recibieron una paliza antes de morir”, añadieron, a juzgar por las heridas y hematomas que aparecen en sus rostros y en el tórax. “No tendría sentido que les pegaran después de morir”, afirmaron al unísono.
La bala que recibió el más joven de los melillenses entró por un lateral del cuello y salió por el lado contrario por lo que se sospecha que el disparo se hizo a corta distancia, explicó su padre. “Los mataron probablemente a bocajarro después de darles una paliza”, recalcó Dris Mohamed. Hasta el propio presidente de Melilla, Juan José Imbroda, del Partido Popular, consideró que la autopsia contenía datos “preocupantes” aunque él no ha podido leerla.
Los padres de ambos chavales han convocado una manifestación mañana viernes 27, por la tarde, al cumplirse los dos meses de su muerte. Contará con la participación la comisión islámica de la ciudad y todos los partidos de oposición, desde los musulmanes de Coalición por Melilla hasta el PSOE pasando por los disidentes del PP, así como varias asociaciones como Intercultura. Solo faltará el PP cuyo presidente, Imbroda, rechazó sumarse porque, alegó, está “completamente politizada”. “El propio lema de la convocatoria echa para atrás”, añadió.
“¡Marruecos mata; España calla!”, iba a ser el eslogan inicial, el mismo de otras dos manifestaciones espontáneas de jóvenes musulmanes melillenses que obligaron incluso a cerrar un rato la frontera internacional “Lo hemos cambiado por ¡Queremos justicia!”, explica al teléfono Abdeslam Ahmed, el padre del mayor. “Que ponga Imbroda el lema que él quiera pero que venga”, añade. “Solo pedimos justicia para nuestros hijos”. “Ahora han sido ellos, pero mañana puede pasarle a cualquiera”, recalca.
La muerte de estos dos chavales por los disparos de la Marina Real es uno de tantos asuntos en los que el Gobierno español adopta un perfil bajo ante Marruecos. La renuncia a plantear en Bruselas el ingreso de Ceuta en la unión aduanera, solicitado unánimemente por los representantes de la ciudad, o la tibia defensa de los empresarios españoles que afirman haber sido extorsionados por la empresa marroquí Addoha, son otros ejemplos. Se trata de no dar pretextos a Rabat para reducir su lucha contra la inmigración clandestina que trata de llegar a España.
Horas después de anunciar que Rabat investigaba ambas muertes, García-Margallo puso las reformas “progresivas” Marruecos como ejemplo para los demás países del norte de África, incluido Túnez.

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