Las Cortes han aprobado sus presupuestos para el próximo ejercicio y adelantan cuál será la decisión que tome el Gobierno en el próximo Consejo de Ministros en materia de salarios de funcionarios y altos cargos, más ajuste general en los ministerios. El Congreso y el Senado han congelado las retribuciones de diputados, senadores y personal de ambas casas y se aplican un recorte mínimo sobre las cuentas del pasado año: un 0,2 por ciento la Cámara baja y un 0,3 por ciento la Cámara alta.
Las Cortes Generales siguen las mismas líneas en su presupuesto que el Ejecutivo en las cuentas del Estado, pero este año las Cámaras se adelantan. El Gobierno se guarda aún la decisión última sobre si mantendrá el nivel adquisitivo de los funcionarios. Descartada la rebaja vía de la supresión de una paga como en anteriores ejercicios, el debate interno estaba entre la congelación simple apoyada en el argumento de que 2013 acabará con la inflación inferior al 1 por ciento, o subirlos unas décimas aunque fuera de forma indirecta con destino a alguna bolsa o fondo de pensiones.
Hay comunidades autónomas como la catalana que ya han anunciado que quitarán una paga a sus funcionarios y Gobiernos autonómicos del PP que esperaban que el Gobierno central diera ese mismo paso, aunque sólo fuera eliminando media. Pretendían así que Hacienda les facilitara la corrección del déficit sin tener que recortar más de otras partidas, como de la supresión de aparato político, entes, fundaciones o sector público empresarial.
El Congreso acomete sus quintos presupuestos de ajuste, pero para el próximo ejercicio ya sólo reduce sus cuentas en un 0,21 por ciento. La Cámara acumula un recorte de gastos del 18 por ciento desde 2009 y se queda en las cifras de 2006: 83,9 millones de euros. Los gastos de personal en el caso de diputados y senadores quedan congelados por sexto año consecutivo, etapa que incluye la rebaja aplicada en 2010. Para los funcionarios es el cuarto ejercicio de congelación salarial. También siguen suspendidas las aportaciones relativas a planes de pensiones o contratos de servicios colectivos, como ya ocurrió en 2012 y este año.
Para ajustar las cuentas, el Congreso ha acometido los mayores recortes en el capítulo de gastos corrientes y servicios, con una rebaja del 2,7 por ciento sobre el año anterior. Destaca la reducción de la partida destinada a “atenciones protocolarias y representativas” con un -33 por ciento y el de transportes con un 4,9 por ciento. El capítulo que sube hasta un 11,6 por ciento es el de Inversiones reales, al estar prevista el próximo año la creación del archivo digital de determinados fondos del Congreso.
COMENTARIO:
Diciendo que se congelan los sueldos de los funcionarios, es tan general que no dice nada. Debería distinguir entre, funcionarios de carrera que se han sacado una oposición libre o preparada, pero funcionario, los funcionarios interinos, los funcionarios de servicio, los laborales, los asesores, los puestos a dedo...y LOS QUE SOBRAN, QUE HAY MILES O CIENTOS DE MILES.
Esto no funciona, porque hay funciones que se triplican con cargos y otras donde hay mucho trabajo, está muy descompensado y nada ha cambiado desde que se empezó esta democracia, donde cada 4 años llega uno y se pasa acomodando a los suyos durante un año.
Hay que retribuir al que se lo gana y quitar al que sobra, sacar a oposición los puestos vacantes y que la gente pueda seguir opositando, para ello hay que quitar los puestos de relleno (los amiguetes) que cuestan un huevo de los presupuestos y no perdieron ni la paga extraordinaria.
Un funcionario es de carrera (concurso oposición), el interino hay que sacar su plaza, los puestos vacantes hay que analizar si hacen falta o no, no congelar las oposiciones.
Ser funcionario es sólo " concursar, en una oposición libre pública o de promoción interna de cada Administración" pero no un puesto a dedo, para el que venga y porque uno quiera. No debería de influir tanto y tanto la política en ello. Hay funcionarios para trabajar, no para callar, tragar y que pongan en la congelación a todos en el mismo saco, cuando todos se imaginan y otros saben que los enchufados siguen cobrando extravagancias y nadie sabe porqué.
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