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miércoles, 29 de mayo de 2013

UN JUEZ VALIENTE QUE TACHA A LOS POLÍCOS DE BURROS

Un juez se declara 'indignado' y tacha a los políticos de 'burros'.

  • Un juez insta en una sentencia a los políticos a que 'se pongan a andar'
  • El magistrado Oteros Fernández confiesa su simpatía por los 'indignados'
  • Anula una sanción a un empleado municipal por las 'peleas' entre partidos
"Que se dejen de pelear y se pongan a andar"... Antes de que se sea tarde. Ésa es el mensaje/exigencia que un juez de Córdoba ha trasladado a la clase política en una sentencia en la que confiesa sus simpatías con el movimiento de los 'indignados' que apadrinó y bautizó el filósofo francés Stéphane Hessel. El propio magistrado, Manuel Oteros Fernández, se autoproclama "indignado" y no ahorra críticas a los representantes públicos, a los que llega a llamar "burros".
El juez Oteros, titular del Juzgado de lo Social número 2 de Córdoba, se desahoga a conciencia en una sentencia por la que anula la sanción que le había sido impuesta a un empleado del Instituto Municipal de Deportes de Córdoba (Imdecor), al que considera poco menos que una 'víctima' de las "peleas" en las que se enzarzan los políticos.
La resolución, fechada el pasado día 13, anula el castigo al trabajador, precisamente, por considerar que "recibe los palos que iban dirigidos a otros" y que actuó en todo momento de buena fe. No así los políticos bajo cuyas órdenes trabajaba y a los que, ya de forma general, critica por dedicarse, a su juicio, más al enfrentamiento partidista que a velar por el interés público.
El juez Oteros compara a los políticos con los burros –"con todos los respetos para con los equinos"– y a los ciudadanos con los "arrieros" del popular proverbio para concluir que las negligencias de los primeros las pagan los segundos.
Y en este sentido se lanza a "recordar" a los políticos, o sea a los burros, "de que más les valdría a los arrieros, que somos todos, que se dejaran de pelear y se pusieran a andar", a lo que añade, en una clara referencia a la crisis económica y política en la que se encuentra sumido el país, que "hay mucho camino por delante y poco tiempo para recorrerlo, a riesgo de llegar tarde o no llegar".
El juez 'indignado' de Córdoba es consciente, y así lo refleja en la sentencia , de que "quizás" se esté extralimitando, aunque no parece que le importe mucho. Lo que hace no es, explica, sino emular a los juzgadores ingleses, que en no pocos casos no sólo juzgan "sino que además a veces reconvienen a las partes".
El magistrado dice que es consciente de que sus palabras –bueno, algo más que palabras– en relación a la clase política le pueden acarrear no pocas críticas. Sin embargo, alude a la "libertad" que le otorga el no saber si estará vivo para escucharlas y recibir en carne propia los dardos que, está convencido, le van a lanzar. Y es que, explica, a las pocas semanas de dictar la sentencia, estaba previsto que pasara por el quirófano, su quinta visita en siete meses, y no garantiza que salga de él.

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