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jueves, 14 de febrero de 2013

400.000 ESPAÑOLES HAN EMIGRADO DESDE QUE EMPEZÓ LA CRISIS

400.000 ESPAÑOLES HAN EMIGRADO DESDE QUE EMPEZÓ LA CRISIS.YO SI FUERA MÁS JOVEN TAMBIÉN LO HARÍA.

Uno de cada cuatro demandantes de empleo que acuden a las oficinas de Adecco solicita un puesto de trabajo en el extranjero.
Un total de 390.206 españoles se han desplazado fuera de España para trabajar o acompañando a un familiar que ha emigrado por motivos laborales entre principios de 2008 y finales de 2012, según un informe de Adecco en el que se recogen datos del Censo Electoral de Españoles Residentes en el Extranjero (CERA), elaborado por el INE.

Sólo en 2012, más de 82.000 trabajadores hicieron las maletas y emigraron a otros países en busca de una oportunidad laboral, cifra que representa un incremento del 5,5% respecto a 2011. En total, el número de españoles mayores de edad que residen en el extranjero roza los 1,6 millones de personas.

Desde que comenzó la crisis, el número de demandantes de empleo para trabajar fuera de España se ha duplicado, tendencia que se ha intensificado en mayor medida durante los dos últimos años. De hecho, uno de cada cuatro demandantes de empleo que acuden a las oficinas de Adecco solicita un puesto de trabajo en el extranjero.

Por comunidades autónomas, La Rioja, Navarra y Baleares son las que han experimentado en 2012 un mayor incremento de expatriados a otros países, con crecimientos del 9,6%, 8,5% y 8,1%, respectivamente, mientras que Extremadura y Galicia presentan los aumentos más moderados, del 3,3% y del 3,9%. En 2012, todas las comunidades y provincias españolas elevaron el número de expatriados. En ninguna de ellas la cifra de trabajadores que viven fuera se reduce.

A nivel provincial, Girona, Las Palmas de Gran Canaria y Soria son las zonas en las que más se ha incrementado el número de trabajadores que han decidido emprender una carrera profesional fuera de España, con aumentos del 8,5%, 8,2% y 8,1%, respectivamente. En el otro extremo, Badajoz, Córdoba y Cuenca, con incrementos del 2,8% para las dos primeras y del 3,2% para la provincia manchega, son las regiones donde menos trabajadores han salido al extranjero en el último año.

Joven, cualificado y sin cargas familiares
El perfil del expatriado español se corresponde con el de un joven de entre 25 y 35 años, altamente cualificado y sin cargas familiares. Sin embargo, Adecco resalta que esta tendencia está cambiando y que hay cada vez más casos de desempleados mayores de 45 años con familia que buscan empleo en el extranjero, sobre todo procedentes del sector de la construcción, así como recién licenciados que quieren dar sus primeros pasos fuera de España y perfiles de baja cualificación.

Los principales destinos elegidos para esta emigración siguen siendo los países de Europa, tanto los países desarrollados como Alemania, Noruega, Reino Unido o Francia, como los países del Este, donde se precisan perfiles técnicos. También sigue creciendo la emigración hacia países latinoamericanos como Argentina, Chile, México y, especialmente, Brasil.

Afortunados alemanes
Los sindicatos reclaman este año subidas salariales en torno al 6 por ciento en el motor económico de Europa.
Sí, afortunados alemanes! Mientras aquí empresas grandes y pequeñas no hacen más que despedir a personal, quienes se quedan sufren estoicamente recortes salariales que hasta hace poco parecían imposibles de aceptar y los jóvenes en busca de su primer trabajo se cansan de ir de puerta en puerta dejando, sin apenas esperanzas, una fotocopia de sus currículos, en el motor económico de Europa los sindicatos reclaman este año fuertes subidas para sus miembros.

Un 6,6 por ciento más de sueldo exigen en la construcción para los alrededor de 750.000 trabajadores del sector, un 6 por ciento piden los médicos de algunos hospitales alemanes y un 6,5 por ciento, los empleados del gigante energético E.On.

El crecimiento de la economía germana parece dar este año los primeros signos de desaceleración, pero no importa. Los trabajadores, sobre todo los de algunas ramas de la producción y determinadas regiones, se sienten fuertes. Especialmente gracias a la caída del desempleo, al aumento de la ocupación y a la salud envidiable de muchas empresas exportadoras.

El año pasado, el número de personas ocupadas en Alemania creció en 400.000 y la masa salarial se incrementó en cerca de un 4 por ciento. No sólo aumentó el número de trabajadores, sino que también lo hizo el número de horas trabajadas y debidamente remuneradas. Como escribe la prensa de ese país, Alemania «ha vivido los últimos años en un mundo económico ideal».

Difícilmente van, sin embargo, a conseguir los trabajadores alemanes todo lo que piden. Los expertos de los distintos institutos económicos del país -los de Berlín, Múnich o Düsseldorf- prevén para este año subidas salariales medias de en torno al 3 por ciento, que, descontada la inflación, pueden quedarse en la mitad en términos reales.

En el resto de Europa se esperan esos incrementos e incluso se confía en que sean algo superiores, por lo menos para los más cualificados, como ha venido ocurriendo en los últimos años, porque ayudará a impulsar la demanda interior, como reclaman desde hace ya demasiado tiempo los gobiernos de los países periféricos e incluso algunos premios Nobel de economía de orientación neokeynesiana.

Por cierto, es interesante remitirse a una tabla publicada por el semanario «Die Zeit» y referida a los salarios medios de distintas profesiones, salarios que en los cinco últimos años crecieron como media un ocho por ciento frente al siete por ciento que subió en ese tiempo el índice de precios al consumo.

Según esa tabla, elaborada con datos de la Oficina Federal de Estadísticas y de los mayores sindicatos, un dependiente de supermercado gana 2.248 euros brutos al mes, un enfermero 2.761, un trabajador de la construcción 3.004, un empleado de la Administración 3.090, un maestro 4.599 y un médico 6.091. Son los sueldos brutos medios de uno y otro sexo.

¡Afortunados alemanes! Al menos los que no deben contentarse con los dichosos «miniempleos», que tanto se estilan también allí y tantas ganas tiene de imitar aquí nuestra patronal.

¿Complicidad o ignorancia?
Increíblemente, ha pasado como una anécdota graciosa el hecho de que la directora de la Agencia Tributaria confesara públicamente, tras una rueda de prensa, que no tenía ni idea de lo que había dicho. Ha sido motivo de chistes, de bromas, de risas, pero nadie nos ha explicado todavía cómo es posible que una persona con responsabilidades tan altas tenga una ignorancia absoluta sobre los temas (o asuntos, ahora no caigo) de su competencia. Tampoco nos ha explicado nadie todavía por qué no la han cesado o le han sugerido que dimita. ¿Se imaginan a un piloto frente al cuadro de mandos del avión asegurando, perplejo, que ignora las funciones de todas y cada una de las palancas? ¿Se imaginan a un cirujano en el quirófano volviéndose a las enfermeras para preguntarles por dónde introducir el bisturí?

La imagen de la directora de la Agencia Tributaria, que debe ser, calculando a ojo, la segunda o la tercera autoridad del Ministerio de Hacienda, volviéndose como noqueada a su compañera de rueda de prensa, para confesarle que había hablado a tontas y a locas cuando ponía ejemplos de asesinos que podían acogerse a la amnistía fiscal, esa imagen, Dios mío, habría resultado demoledora en una situación normal. Pero como vivimos unas circunstancias completamente insólitas, se ha recibido como una gracia. Casi nos ha venido bien para disminuir la presión a la que estamos sometidos. Mañana sale un ministro completamente idiota, dando el espectáculo, y le ponemos una medalla por hacernos reír.

Respecto a esta señora, cuyo nombre preferimos no recordar, nos ha quedado una duda: ¿Dijo todas aquellas tonterías por no saber nada de asuntos fiscales o porque se hizo un lío al tratar de justificar la amnistía? Lo decimos porque está generalizada ya la idea de que esa amnistía se publicó para dar una salida al dinero negro de Bárcenas y del resto de los componentes de la banda Gürtel. A la vista de cómo evolucionan los acontecimientos, se trata de una sospecha más que razonable. Si dos y dos siguen siendo cuatro, Bárcenas es el que da las órdenes a Rajoy, que aún no le ha denunciado. En tal caso, lo de la directora de la Agencia Tributaria pudo ser, en vez de ignorancia, complicidad.



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