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martes, 4 de septiembre de 2012

LA CRISIS CREADA POR ESPECULADORES Y DEFRAUDADORES ES UN NEGOCIO REDONDO.

Galerías en la plaza de Chinchón-Madrid(fotoJ.A.Miyares)
La fuga de capitales, el blanqueo o la economía sumergida se disparan en los países mediterráneos.

El buque europeo navega en aguas turbulentas. Y mientras trata de encontrar el rumbo se forma un agujero en su casco por el que se escapan millones de euros al año. Ese boquete está aquí mismo, en el Mediterráneo. Las cifras de evasión fiscal de Italia, España o España aumentan exponencialmente cada año.

La salida neta de capitales de España, alcanzó en el mes de abril un valor acumulado en los cuatro primeros meses del año de 121.891,6 millones de euros. Un agujero negro que sitúa a nuestro país en el segundo puesto de la lista de naciones que más evaden de la Unión Europea, con un 22,5% del PIB, superado solo por otro país mediterráneo, Italia, que se alza como el tercer país del mundo que más evade con respecto a su PIB (27%).

El boquete griego
Los ciudadanos griegos han depositado en el extranjero 261.000 millones de dólares procedentes de actividades ilegales, desde fondos para evadir impuestos al producto de actos criminales o procedentes de la corrupción.

Así lo asegura Raymond Baker, economista y jefe de la organización no gubernamental (ONG) Global Financial Integrety, quien calcula que esa gran cantidad de dinero salió de Grecia entre 2003 y 2011.

«Una pérdida enorme para una economía tan pequeña», señala Baker en declaraciones al semanario alemán «Der Spiegel», en las que destaca que ese dinero llega a «cuentas de paraísos fiscales en todo el mundo».

El jefe de la ONG dedicada a investigar los flujos internacionales de dinero negro calcula, a su vez, que el dinero ilegal que ha entrado en Grecia en los años 2010 y 2011 alcanza casi 200.000 millones de dólares.

Un contexto que favorece el delito
Para explicarlo, Baker comenta que «en una recesión es cada vez más difícil para las personas privadas y las empresas acceder a créditos. Eso atrae dinero ilegal con el que se cierra ese hueco».

«Además, una crisis así es ideal para lavar dinero. Se compra una propiedad inmobiliaria barata y se espera que en 10 o 15 años suba de valor. Los inversores criminales trabajan a mas largo plazo que los tradicionales», afirma Baker.

En ese sentido comenta que las cifras indican en todo caso que el gobierno griego «no controla los flujos financieros ilegales.Grecia ya tenía antes de la crisis la segunda mayor economía sumergida de 25 países investigados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Solo México era peor».

Agrega que ese es un problema característico de los países en crisis de la zona euro y «no sorprende que Italia, Portugal y España tengan, respectivamente, la segunda, tercera y cuarta economías sumergidas mayores de Europa».


NO SOMOS CAPACES DE PROTEGER NUESTRAS FRONTERAS
Los inmigrantes asentados en la Isla de Tierra ponen a prueba las relaciones con Marruecos.

71 inmigrantes subsaharianos instalados en la Isla de Tierra, situada frente a la costa marroquí y de soberanía española, están poniendo en un serio aprieto al Gobierno de Madrid. Trasladarlos a un Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla o de la Península sería una señal inequívoca de que las mafias de tráfico de personas han hallado una nueva vía de entrada a Europa a través de los islotes españoles del norte de África. Limitarse a proveerles de alimentos y mantas hasta que desistan de su empeño es un riesgo difícilmente asumible. El islote apenas si tiene una superficie mayor que dos campos de fútbol. Las condiciones de habitabilidad no son adecuadas y cualquier tragedia que ocurriese en este lugar sería achacable a España, país que reivindica la soberanía de la isla hasta ahora deshabitada que luce una bandera rojigualda.

Este es un asunto especialmente endemoniado para la política interna española, pero también para sus relaciones con Marruecos, país del que depende en gran medida el control de la frontera sur y en el que las tensiones migratorias son permanentes. Todos los datos apuntan a que estamos asistiendo a una nueva escalada. El desembarco desde la pasada primavera de varias pateras en las islas de Alborán, Chafarinas y Tierra y el intento de saltar el domingo pasado la valla de Melilla así lo indican. De ahí que resulte incomprensible que las autoridades españolas, conscientes de la existencia de esta nueva oleada, hayan permitido un segundo desembarco el mismo domingo en la minúscula Isla de Tierra tras la primera entrada de 19 subsaharianos tres días antes. El fallo, salvo flagrante negligencia, indicaría que las relaciones entre Madrid y Rabat no son tan estrechas y extraordinarias como ayer afirmaba el ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo. Que el Gobierno español desistiera hace apenas un mes de reforzar la vigilancia en estos islotes ante la protesta de Rabat indica que el entendimiento no es óptimo.

El tiempo juega en esta crisis en contra de Madrid. Al Gobierno le urge reforzar el control fronterizo, para lo cual la cooperación marroquí es esencial. Las conversaciones abiertas ahora entre ambas.



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