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martes, 5 de junio de 2012

HAY QUE SALVAR AL NAÚFRAGO

Ría de Villaviciosa-Asturias-España(foto J.A.Miyares)

HAY QUE SALVAR AL NAÚFRAGO, DESPUÉS DE MUERTO NO ES TAN URGENTE. MUCHO ME TEMO QUE MIENTRAS EN EUROAPA DAN VUELTAS PARA VER POR DÓNDE NOS PUEDEN SALVAR NOS AHOGUEMOS SIN REMEDIO.

Montoro pide diligencia a la eurozona para ayudar a la banca a sanearse.
El ministro de Hacienda admite que la puerta al mercado de financiación está cerrada
Asegura sobre un eventual rescate de España que "los hombres de negro no van a venir"
Alicia Sánchez Camacho afirma que Rato es un gestor “excelente"
El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, ha reconocido hoy que, ante la actual situación del mercado y con la prima de riesgo sobre los 500 puntos, el Estado tiene "un problema a la hora de financiarse y no tiene abierta la puerta de los mercados", algo que resulta imprescindible ahora que debe recapitalizar a la banca. Así, según ha admitido Montoro, el desafío "es abrirla". Pero "parte de la llave la tienen las instituciones europeas", ha advertido.

Ante la delicada situación que atraviesa España y la eurozona, Montoro ha reclamado en una entrevista en Onda Cero "diligencia, decisión y prontitud" a los socios y dirigentes comunitarios. "Incluso asumir riesgos políticos", ya que se necesitan tomar decisiones para garantizar el futuro de la moneda única. El primer paso que se podría dar en este sentido, ha añadido el ministro, es el de la unión bancaria. Gracias a esta "más Europa" que pasa por "más unión financiera", ha continuado, España podría recapitalizar sus bancos con ayuda de sus socios.

El jueves, precisamente, el Estado tendrá una buena oportunidad para poner a prueba la confianza en el país y para ver hasta qué punto la puerta al dinero está, como dice Montoro, cerrada. El Tesoro tiene convocada dentro de dos días una subasta de deuda a largo plazo en la que prevé vender entre 1.000 y 2.000 millones de euros, que es una cifra inferior a lo habitual. Esta prudencia en los objetivos es la respuesta del Gobierno al recrudecimiento de las presiones contra España en los mercados. Para alimentar este clima de desconfianza, las palabras del ministro han tenido un amplio eco en los medios económicos. internacionales, que las han descrito como el primer reconocimiento abierto del Ejecutivo de que necesita la ayuda exterior para recapitalizar a los bancos en complicaciones, como Bankia. Pero también las nacionalizadas Catalunya Caixa o Novagalicia y el intervenido Banco de Valencia.

"La cuestión no es tanto la cifra —de dinero que necesitarán los bancos y que según el presidente del Santander, Emilio Botín, es de 40.000 millones—, sino el procedimiento, de dónde vendrá, y por eso es tan importante que se abran las instituciones europeas y que apuesten por la consecución, la facilidad de esa cifra", ha comentado el ministro antes de resaltar que, en cualquier caso, son "cifras perfectamente accesibles". "No estamos ante un drama prescrito. Hace falta que las instituciones europeas se pongan en marcha y busquen esa recapitalización bancaria a través de esos procedimientos que facilitan que haya más Europa", ya que en su opinión, con ello, en el caso de España podría "acabar con esta crisis económica". En todo caso, Montoro ha asegurado que "España no es rescatable desde el punto de vista técnico; los hombres de negro no van a venir".

Amnistía sin control con agravio comparativo para el ciudadano
El blanqueo de efectivo concede al defraudador la misma confianza que al contribuyente cabal.
Como en otros ámbitos de su gestión económica, el Gobierno está empeorando la tramitación de lo que define como “regularización fiscal” y que en realidad es una amnistía fiscal para las rentas ocultas al 31 de diciembre de 2010. Si ya era discutible permitir, por decreto ley, blanquear rentas a cambio de un modesto gravamen del 10%, más discutible y peligroso para los intereses de la Hacienda pública es que se permita lavar dinero en efectivo. Bastará con que los defraudadores aseguren que ese dinero es anterior a 2010 para que la regularización quede aceptada. Hacienda abre un camino amplio y despejado para que el dinero negro, el anterior al 31 de diciembre de 2010 y el posterior a esa fecha, tribute al 10% y constituya un agravio comparativo sin precedentes para empresas y particulares que han pagado escrupulosamente las tasas e impuestos ordenados por la ley.

El decreto ley y la orden ministerial tendrían que ser examinados por el Tribunal Constitucional y las autoridades europeas para determinar si son coherentes con el respeto a la legislación y a la jurisprudencia. Es verdad que en un momento de graves urgencias recaudatorias cualquier Gobierno tiene la tentación de regularizar la economía sumergida para parchear las cuentas públicas. Pero la condición que permite justificar dicha regularización o amnistía es que se controlen estrictamente los capitales blanqueados, de forma que el perdón quede en todo caso restringido a los ejercicios fiscales vencidos y las bases imponibles afloradas se incorporen a las rentas controladas por Hacienda. Abrir la puerta al dinero en metálico rompe esa condición y concede a los defraudadores una confianza incompatible con los principios de la tributación democrática.

La envoltura formal de la regularización o amnistía deja también mucho que desear. No es de recibo amnistiar dinero negro en efectivo a través de una orden ministerial, porque puede plantear casos de fricción legal con la Ley General Tributaria. Es pertinente preguntarse, con algunos hacendistas, qué sucederá con las rentas afloradas por la norma en caso de que sea declarada inconstitucional. Sin entrar en juicios de intenciones, parece evidente que el Gobierno ha reflexionado poco sobre los efectos fiscales y legales de la amnistía que propone. Ha respondido a un único impulso, el de cuadrar las cuentas públicas con una proyección de ingresos por vía regularizadora de 2.500 millones.

Ese es otro aspecto discutible. No hay razones ni precedentes para suponer que la amnistía de rentas vaya a conseguir el objetivo recaudatorio fijado; el defraudador que se sienta seguro no cambiará renta a gravamen cero por otra a gravamen 10%. Pero en el caso del dinero en metálico sí hay incentivos al afloramiento: apenas deja rastro y se concede graciosamente la posibilidad de blanquear dinero anterior a 2010 o del mes pasado. La amnistía de dinero metálico es tan reprensible como la de rentas, pero quizá sea más eficaz.



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